Tulum condiciona entrada a playas : ¿paraíso sin acceso?
Por: Geovani Gamboa

Tulum condiciona entrada a playas y eso ha generado un gran debate entre los jóvenes y habitantes locales. En recientes publicaciones, el presidente municipal Diego Castañón y sus controvertidos videos muestran que los hoteles y restaurantes ahora “permitirán” el acceso a locales, pero con reglas muy claras: nada de alimentos, bebidas o sombrillas. En teoría suena bien, pero en la práctica deja a los habitantes de Tulum sin playas públicas reales y accesibles.

El derecho a la playa… pero con recibo en mano
Tulum condiciona entrada a playas con la exigencia de consumo dentro de establecimientos turísticos. Sin embargo, la Constitución establece que las playas son de uso libre para todos los mexicanos. ¿Entonces por qué hay tantas barreras?
El problema es que, sin poder llevar agua o comida, los visitantes deben pagar precios turísticos. Esto afecta directamente a las familias y a los jóvenes que buscan un día de descanso sin vaciar la cartera. Además, la salud en riesgo si vas a las playas es real: el sol de Tulum no perdona y sin sombrillas ni hidratación, aumentan los golpes de calor y deshidratación.
Un paraíso limitado para sus propios habitantes
Muchos jóvenes sienten que Tulum ya no les pertenece. Tulum condiciona entrada a playas con normas poco sensibles, ignorando que estos espacios son claves para el bienestar social. El esparcimiento sano ayuda a prevenir adicciones y problemas de delincuencia. Sin playas públicas, ¿a dónde van los jóvenes?
Diego Castañón y sus controvertidos videos generan más molestia que alivio. No basta con decir «pueden entrar» si las condiciones lo hacen imposible.
Consumir en los establecimientos que se están sumando al acuerdo conseguido por Diego Castañón, son conocidos como lugares con precios exorbitantes para las clases trabajadoras de Tulum, en especial para jóvenes estudiantes.
Los medios han replicado en sus redes los videos subidos por el presidente municipal, resaltando las condicionantes que hacen de su acuerdo con empresarios ridículo e inaccesible para la ciudadanía.
¿Qué soluciones podrían aplicarse?
Porque no todo debe quedarse en queja, aquí algunas propuestas:
- Zonas de playa verdaderamente públicas, con áreas para descanso y sombra.
- Reglamentos de uso, para que la ciudadanía cuide y preserve las playas.
- Permitir alimentos básicos e hidratación, pensando en la seguridad.
- Campañas de limpieza y convivencia, lideradas por jóvenes locales y el gobierno municipal.

Tulum condiciona entrada a playas, pero la conversación apenas comienza. Los habitantes necesitan respeto a su derecho y políticas que los incluyan, no que los cobren. Porque un paraíso que excluye a su gente, deja de ser paraíso sobre todo para los habitantes fundadores, en especial los mayas, pueblo originario que dejó el legado que hace de este destino un sitio con historia y cimientos.

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