Arcane más que una serie
Por: Fernanda Ríos f3ruchan
Superando a favoritos de muchos como Stranger Things y The Mandalorian, Arcane se elevó a la cima de las listas en otoño del 2021. Producida por Fortiche Productions, de Riot Games, la serie sigue la trama de varios personajes del videojuego League of Legends, centrándose principalmente en las hermanas Vi y Jinx. La serie ha recibido elogios abrumadores y universales, destacando su animación, construcción del mundo, personajes, doblaje y profundidad emocional.
Cualquier discusión sobre Arcane debe comenzar con su arte, que deja asombrado por su impresionante calidad. El espectáculo parece operar a 30 cuadros por segundo, y su atractivo radica en el detalle extremo y la perfecta combinación de elementos 2D y 3D logrados por Fortiche. Aunque los personajes están modelados en tres dimensiones, los fondos de Arcane son pintados a mano digitalmente, marcando una diferencia con las producciones convencionales. Además, los efectos visuales, como el fuego y las lágrimas, se animan en 2D.
Desde el deslumbrante steampunk de Piltover hasta el caos verde y ahumado de Zaun, cada toma es meticulosamente precisa. Mostrando parapetos resplandecientes en la ciudad, columnas de niebla tóxica en los callejones, y una atención inigualable a los detalles, lo cual es cautivador.
Los diseños (y rediseños) de los personajes también enamoran por completo. Los campeones de la Liga, que podrían haber parecido exageradas chicas pin-up. Se presentan en Arcane con diseños llenos de matices y actuaciones de voz increíbles.
Estos personajes no solo son diversos e interesantes visualmente, sino que también generan un fuerte apego desde el principio. La serie plantea la pregunta de cómo volver a la animación dominada por Disney, llena hasta el tope del síndrome de la misma cara y personajes pintados con aerógrafo.
Arcane no solo sube el listón, lo eleva hasta el cielo. Más que eso, el programa demuestra ser una obra maestra que puede surgir cuando se invierte en animación. Ha superado muchas limitaciones tradicionales que durante mucho tiempo han impedido a los artistas llevar a cabo proyectos como este, debido a la falta de tiempo, presupuesto y recursos. Esta situación ha contribuido a la proliferación de productos mediocres impulsados por el dinero, alimentando una visión injusta y despectiva de la animación en la industria. Sin embargo, la animación es un medio, no un género, y Arcane podría ser el precursor de una revolución muy necesaria.
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