Desarrollo sostenible… ¿Con qué se come?

Por: Macuz Alfaro

Desarrollo sostenible… ¿Con qué se come?

Se habla mucho sobre el concepto “desarrollo sostenible”, de su importancia y de los planes mundiales para lograrlo.

Pero, ¿sabes qué es y desde cuándo se habla sobre este tema?

Este concepto empezó a tener relevancia con el cambio climático, que se refiere a los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos. Sus principales emisores son el uso de gasolina, la tala de árboles, la energía, la industria, la construcción, la agricultura y el uso del suelo.

desarrollo sostenible

Nuestro futuro común

La génesis del concepto de desarrollo sostenible proviene de la Comisión Brundtland, constituida por la Asamblea General en 1983. Su informe, “Nuestro Futuro Común” (1987) presentaba el término “desarrollo sostenible” desarrollo sosteniblecomo el desarrollo que permite satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro de satisfacer sus propias necesidades, y buscaba atender tanto las demandas por una agenda de protección del medio ambiente como las de asegurar el desarrollo de los países con menor nivel de desarrollo. Por tanto, se requería la integración de las políticas ambientales y las estrategias de desarrollo (en sus componentes económico y social). Esta condición llevó al tratamiento, a lo largo del tiempo, de “tres dimensiones” o “tres pilares” del desarrollo sostenible, el económico, el social y el ambiental. (Fuente: cepal.org)

No es estar en contra del progreso, sino el de mediar entre el crecimiento económico, los recursos naturales y la sociedad. O sea, tener un equilibrio para evitar comprometer las posibilidades de vida de las generaciones venideras.

desarrollo sostenibleEl desarrollo sostenible busca asegurar que las actividades humanas no agoten ni degraden los recursos naturales y el medio ambiente. La preocupación por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la contaminación y otros problemas ambientales ha llevado a la necesidad de encontrar formas más sostenibles de producir y consumir, pero falta mucho.

Si bien, las empresas tienen mucho que ver, también nosotros. Los científicos dedicados a las cuestiones climáticas han demostrado que las personas somos responsables del calentamiento global de los últimos 200 años.

Las pequeñas acciones diarias marcan la diferencia. ¡Conviértelas en hábitos!

Contribuir al desarrollo sostenible es responsabilidad de cada individuo y de la sociedad en su conjunto. Aquí hay algunas formas en las que podemos ayudar a revertir ese cambio climático:

Educación y conciencia. Informarse sobre los problemas ambientales y sociales es el primer paso para tomar decisiones más sostenibles. Aprende sobre el tema, la pérdida de biodiversidad y otros desafíos que pueden ayudarnos a comprender la importancia de actuar.

Las 3 “R” que en realidad son 4: Reduce, Recicla, Reutiliza y la cuarta, Recupera. Si un residuo no se puede evitar, reutilizar o reciclar, toca recuperarlo. Úsalo para producir otro nuevo, intentando que el tratamiento sea lo menos dañino posible con el medio ambiente.

Huye de los envases. Si vas a comprar fruta, verdura, cereales… hazlo a granel y lleva tus propios contenedores. También puedes traer siempre en tu coche un vaso con tapa, para no utilizar los desechables que te dan en los restaurantes.

Desenchúfalo o apágalo. Cuando no vayas a usar cualquier aparato eléctrico, desenchúfalo o apágalo (como tu computadora, nunca la dejes en suspensión). Esto te ayudará a minimizar el consumo de luz y a generar un menor impacto en el medioambiente.

Comparte el coche o utiliza el transporte público. Si hay compañeros de trabajo o del colegio que hacen el mismo trayecto que tú, vayan juntos en un mismo medio de transporte. Así estarás reduciendo la contaminación, con lo que fomentas la sostenibilidad, la economía local y además reduces la huella de carbono.

Hay muchísimas otras formas de poder ayudar, ya que el calentamiento global que está sucediendo aceleradamente, afectará a nuestra salud, a la capacidad de cultivar alimentos, a la vivienda, a la seguridad y al trabajo. En resumen, a nuestro futuro.

Nos enfrentamos a un gran reto, pero aún estamos a tiempo.  Podemos pagar la factura ahora, o pagarlo muy caro en el futuro. Y ya que conocemos algunas soluciones… ¡Manos a la obra!

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También podrás leer el artículo anterior aquí: El poder del voluntariado: cómo marcar la diferencia en tu comunidad



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